Fue el día que me convence mi jefa a tener sexo lesbico con ella Parte 1

Aquel día que me convence mi jefa a tener sexo lesbico con ella PARTE 1

Erika, una madre soltera con poco más de 35 años, no le ha ido nada mal en la vida, ha logrado ganar mucho dinero y tiene todo el tiempo que desee para ella misma. Ya desde hace unos años ha podido dedicarse más tiempo a sí misma gracias a Ana, la niñera que contrató cuándo necesita trabajar horas extras para conseguir ese puesto que finalmente obtuvo. 

 

Erika ha visto con en los últimos 4 años Ana, pasó de ser una joven universitaria de 19 años, a toda una mujer a sus 24 años, y aunque Ana está a punto de graduarse, Erika le da un buen sueldo para que siga trabajando para ella. Pero, Erika también lo hace para ella misma, ha visto cómo Ana ha madurado, ha sido testigo de cómo su cuerpo ha crecido, cómo sus senos ahora son más pronunciados y su cadera dibuja una curva que cualquiera envidiaría y quisiera para sí misma. 

 

Ana ha notado esto, ha notado cómo la señora Erika la estudia detenidamente cada vez que la observa, y a ella le gusta, cada vez que se acerca a ella le da pequeños toques en su brazo, o en su cadera, le deja pequeños halagos sobre su aspecto, y gracias a esto, su confianza ha aumentado, y últimamente ha empezado a ir un poco más, “arreglada” a su casa. 

 

Un día cómo cualquier otro, luego de haber servido la cena, Erika llama a Ana a la cocina mientras los niños comenta, esta se le acerca hasta esta a menos de 5 centímetros de distancia y sin contenerse o preguntarle nada, la besa, Ana se sorprende por lo repentino del beso, pero, no la detiene y sigue besándola. 

 

Pero, cuándo Ana mueve su mano para tocarla, Erika se aleja, y solo la queda viendo, pensando que hizo algo mal Ana le pide perdón a Erika, pero esta la mira con una sonrisa cómplice, le pone un dedo en la boca y le dice

 

  • No te preocupes, no has hecho nada malo. De hecho, es justo lo que quería, pero, ahora no es el momento.

 

Sin decir nada más Erika se retira y llega al comedor para comer con sus hijos, llamándola para que se una a ellos y todos coman juntos. 

 

Ana come, y continúa la noche sin saber qué pasó, o qué podría ocurrir, pero su turno sigue sin que nada ocurra. Pasadas unas horas, cuándo está a punto de irse, Erika va con ella y le paga cómo siempre por su servicio y la acompaña hasta la salida despidiéndose cómo si nada hubiera pasado. 

 

Al llegar a su casa, aún aturdida, Ana se pregunta si realmente hizo algo que incomodara o molestara a la señora Erika, pero, antes de poder meditar más sobre eso, o sobrepensar toda la situación, al abrir el sobre con su pago, descubre una nota, era sin duda alguna, la letra de Erika.

 

  • Encuentrame mañana a las 12 de la medianoche en el Lux, allí te demostraré, que no has hecho nada malo.

 

  • PD: Quiero que pases por el local de Pedro, tiene algo especial para tí.

 

Aquel día que me convence mi jefa a tener sexo lesbico con ella PARTE 2

Al día siguiente, aún aturdida por la nota, Ana llega al local de Pedro, esta estaba tratando de pensar que decirle ya que no sabía lo que tenía que buscar, pero, al verla, este la vió, le sonrió de manera cómplice, y le entregó un paquete. Ana aún sin entender nada, solo tomó el paquete, le agradeció y se fue a su casa. 

 

Al llegar y abrir el paquete se dió cuenta de lo que era, y sin pensarlo mucho, teniendo una idea más clara de lo que podía ocurrir, se vistió y cuándo llegó la hora fue al Lux. Al llegar en la recepción le indicaron la habitación a la que debía ir, y le entregaron una venda para los ojos, sin saber qué hacer con esta solo la tomó y fue a la habitación. 

 

Allí la recibió Erika, Ana quedó aturdida por lo que vió, la habitación estaba de un color rojo vinotinto y Erika estaba vestida con una lencería negra, pero la parte baja estaba abierta, dejando ver claramente su vagina. Esta se acercó a ella, y tomó la venda, y con ella le cubrió los ojos a una Ana que, a pesar de no saber lo que le esperaba, no podía evitar sentirse excitada y emocionada por lo que pudiera ocurrir. 

 

Erika tomó a Ana, y empezó a desvestirla, le quitó la camisa y dejó al descubierto esos senos que tanto había admirado, y había visto crecer, le quitó la falda y dejó al aire esas curvas que la dejaron encantada desde el primer momento que empezó a fijarse en Ana, Esta la tomó, la esposó y la ató a la cama. 

 

  • Así que, sin saber lo que te esperaba, has venido a mí, cómo una perrita que solo obedece a su dueña - Le dijo Erika con una voz provocadora. 
  • He estado haciendo para tí, todo lo que has querido desde que me contrataste, aunque, esta sería la primera vez que te obedezco, por que me vas a dar exactamente lo que quiero -  Cuéntame ¿Y que es eso que quieres?

 

Erika dijo esto mientras pasaba su mano por el cuerpo de Ana, sintiendo cómo, el contacto, hacía que la chica respirara más rápido, dándole permiso de hacer con ella, lo que quiera. 

 

Esta así lo hizo, tomó un dildo que tenía y empezó a estimular la vagina de Erika mientras le chupaba los senos, la chica no podía evitar dejar escapar sus gemidos mientras su cuerpo expresaba, con cada espasmo de placer, que finalmente, eso que tanto quería se estaba volviendo realidad. 

 

Erika la penetró hasta el fondo con su dildo, al escucharla gemir, esta fue a besarla, buscando saborear ese placer que Ana dejaba escapar. En eso, Erika le quitó la venda y empezó a desatarla. Ambas dejaron que sus cuerpos guiaran el ritmo de su placer. 

 

Ana tomó la iniciativa. Cambió a Erika de posición y empezó a chuparle la vagina, comiéndose ese coño que anheló durante tanto tiempo. Erika, sin esperar más, hizo lo mismo, ambas se daban ese placer que durante tanto tiempo desearon. Luego Erika tomó otro dildo, y esta vez penetró a Ana mientras ella también se penetraba. Ambas se empezaron a follar mientras sus labios no podían despegarse, ambas se besaban mientras sus cuerpos se movían solos sin que ninguna pudiera detenerse hasta que finalmente, ya sin poder contenerse más, ambas acabaron al mismo tiempo. 

 

El placer que durante tanto tiempo esperaron darse, finalmente lo consiguieron, pero todo apenas empezaba, la noche era jóven, y su aventura, apenas iniciaba.

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