Braguitas y Confesiones Cuando el Deseo Redefine la Relación

Llegamos al hotel, nos desnudamos y nos metimos rápidamente en la cama, ambos solo con las braguitas puestas. Los dos en silencio, yo pensando en lo que había pasado, supongo que ella también.

Ante la incomodidad del silencio, decidí romperlo.

Que es lo que te ha pasado con Juan, en qué estabas pensando?

La verdad, no sé que decirte, estábamos bailando, me sentía muy bien, notaba sus manos sobre mi y sin querer me fui excitando. Cuando me besó, me descontrolé. Noté como mis bragas se humedecían y perdí la noción del tiempo y del lugar, me dejé llevar.

Y tanto, si Silvia no os hubiera separado no sé hasta dónde habríais llegado.

Pues no lo quiero pensar, cariño, pero es que cuando noté su bulto pegado a mi…. Buff. Tendrías que haberlo notado tú también, seguro que te hubiera puesto super cachondo, vaya polla debe tener el tío…

Me empecé a excitar pensando en que era la polla de Juan quien empezaba a presionar mi agujero, pero eran los dedos de Elena los que me acariciaban.

Mis gemidos salieron de mi garganta sin poder evitarlo y Elena cada vez que yo me movía, me metía los dedos más adentro.

Esto te gusta verdad?

Me encanta, aagghhh

Imaginate que es Juan quien te está follando.

Síii

Tienes toda su polla dentro de tí.

Joder, que bien la siento .

Mientras Juan te folla, me está tocando el coño y el clítoris.

Te puede hacer lo que quieras mientras no deje de follarme, aaaahhhh

Me puede follar a mí también?

Siiiiiii, que nos folle a los dossssss.

Nos corrimos los dos casi a la vez, primero fui yo, mi polla empezó a escupir leche sin siquiera estar dura, mis braguitas quedaron totalmente encharcadas. Después se corrió Elena gritando: más Juan, dame más.

Me levanté a cambiarme de bragas, la abracé, y sin volver a decir nada, nos quedamos dormidos.

El viaje de vuelta a casa fue largo y cansado, casi todo el tiempo permanecimos callados.

Al día siguiente, una vez descansados, estábamos en la cocina tomándonos un café, y seguíamos muy callados y sin apenas mirarnos, hasta que Elena rompió el silencio.

Antonio, deberíamos hablar de lo que ha sucedido en las vacaciones.

Hablemos si quieres

He de decirte que han sido unas vacaciones maravillosas y a la vez sorpresivas. No tenía ni idea de que te gustara llevar ropa interior femenina.

Pues sí, la verdad es que me ha encantado llevar puesto braguitas.

Sí, me he dado cuenta. Pero no es lo único de lo que me he dado cuenta.

Explicate, a donde quieres llegar.

Verás, no quiero que te molestes, pero la relación que tenemos, creo que ha cambiado. Yo te quiero, y mucho, pero ahora te estoy empezando a ver de otra manera.

De qué otra manera?

Haber cómo te lo explico sin que te enfades. Llevo unos días que no te estoy viendo como mi hombre, te veo más como a una mujer con la que quiero compartir mi vida, mis confidencias, mis deseos.

Los ojos se me quedaron en blanco, la boca abierta, no sabía que decir.

Antonio, lo que quiero decir es que no podemos seguir como hasta ahora, nuestros roles han cambiado y para mí no hay vuelta atrás. Como hombre, has dejado de atraerme, no siento deseos hacia tí, pero como mujer me vuelves loca. Tú tendrás que decidir como va a seguir nuestra vida, si quieres que sigamos juntos tendrá que ser como mujeres las dos. Si tú no puedes o no quieres aceptarlo, será mejor que nos digamos adiós y que cada uno siga su vida por su lado.

Cada vez estaba más perplejo ante las palabras de Elena.

Elena, me has dejado en fuera de juego. El cambio que propones es brutal. No sé que decirte, déjame pensarlo.

Está bien, piénsatelo. Mañana por la mañana me das tu respuesta. No quiero perder el tiempo ni que lo pierdas tú.

Me pasé todo el día y toda la noche pensando en la proposición de Elena, estudié los pros y las contras, pero no llegaba a decidirme.

A la mañana siguiente, y otra vez en el desayuno, fue Elena quien habló.

Y bien, que has decidido?

Pues la verdad es que no he decidído nada.

Antonio, tienes que darme una respuesta, quedamos en que hoy me la darías.

Yo estaba muy nervioso y hecho un mar de dudas.

Elena, yo solo estoy seguro de que te quiero y no puedo imaginarme una vida sin estar a tu lado, así que me quedo contigo, y si tiene que ser como mujer, seré la mujer que quieras que sea.

Se levantó inmediatamente de la silla de la cocina, vino para mí, me abrazó, me besó una y mil veces, me dijo todo lo que me quería y que seríamos felices juntas.

Después del desayuno y de la conversación, Elena parecía más nerviosa que yo, no paraba de andar de un lado para otro de la casa.

Tenemos mucho que hacer, Antonio.

Que tenemos que hacer,?

Tenemos que vaciar tu armario, hay que tirar todos tus calzoncillos, no los vas a necesitar. Aunque guardemos algo de tu topa actual, por si alguna vez lo necesitas, tenemos que hacer hueco para toda la ropita nueva que vamos a comprar. Tenemos que pedir cita en la peluquería y para hacerte una depilación integral. Tenemos que pedir cita con el endocrino para ver la posibilidad de que comiences con un tratamiento hormonal. Muchísima

s cosas, tenemos que hacer muchísimas cosas, mi amor.

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